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Leyenda de Cuxtitali

EL CABALLO DESCORNADO.



Hasta allá arriba donde está el puente de Peje de Oro, existió un molino para trigo, pues allí especialmente, era donde salía toda las noches, un caballo raro, además de las orejas se podía ver un cuerno y al parecer el otro cuerno estaba quebrado solo se veía un pedacito, casi junto a la piel de la cabeza.
Este animal era muy rápido  corriendo algunas veces no se miraba pasar, solo el tranco se escuchaba y la huella de las pisadas que dejaba  en el polvo o en el lodo, con esto se sabía que acababa de pasar.
El barrio era muy tranquilo hasta que este animal, vino a quitar la calma, según Bibiano y Gelasio Gonzales, Don Gervasio Morales y otros más que en el año de 1791, cuando se apareció por primera vez espantando y atropellando a la gente que salía de sus casas, ´para hacer sus mandados por la noches, como no habían alumbrado eléctrico, llevaban hachones de ocote para mirar su camino.
De un momento a otro pasaba corriendo el caballo descornado sin que se pudieran defender, los pasaba a golpear, dejándolos mal heridos y en ocasiones hasta muertos, sin poder hacer nada para defenderse de este animal que los atropellaba sin ninguna piedad muchos le llamaban animal del infierno, porque no se daban cuenta que horas pasaba corriendo.
Salía del molino de trigo hasta la casa que fue del Señor Frans Blom, de allí volvía a regresar, hasta la plazuela del barrio, pero no cruzaba camino al molino, sino se iba derecho pasando al costado izquierdo del templo del Dulce Nombre de Jesús, hasta perderse en el monte que empezaba como a las tres o cuatro cuadras de la iglesia hacia arriba.
No se supo donde daba vuelta, pero volvía asomarse del molino, haciendo lo mismo varias veces todas las noches. Recién llegado o aparecido este caballito en Cuxtitali, la gente salía a las calles con incienso, palmas benditas y cruces de madera para ahuyentar este mal espíritu que se estaba posesionando  de este barrio, tan creyente de Dios. Después empezaron a quemar juntos el incienso: ajo, chile, hojas y semillas de alcanfor, tabaco y frijoles crudos, quedando las calles llenas de olores repugnantes y ni así se iba el raro animal venido del infierno que ni las cruces le temía, pasaba sobre ellas y las pisoteaba dejándolas quebradas, la gente hacia oraciones y traían sacerdotes para conjurar las calles donde pasaba, pero nada de esto valía. Después de correr entraba a los sitios a comer; manzanas, duraznos, membrillos y moras silvestres.
Doña Gabina un día en el año de 1816, se encontraba repasando en su memoria todas
aquellas personas que han muerto de este barrio, atropellados por el caballo del infierno, hermano de Satanás y creación de las tinieblas. En las cuentas de Doña Gabina, resultan más de cincuenta muertos y cómo ciento ochenta fracturados, además de los que solo quedaron golpeados, más ella no sabía que el caballito estaba muerto debajo de una mata de manzana en el sitio de Don Isaac Vázquez Bautista.

No se supo cuál fue la causa de la muerte pero mucha gente al ver cómo era verdaderamente ese animal, reconocieron que era un animal natural y que había bajado, de los pocos que existían en las montañas del cerro del Zonte Huitz. Era un hermoso animalito de especie en extinción llamado unicornio.

Referencia: M. en C. Rafael Narvaez Lievano.

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