Leyenda de Las Mercedes.

EL CHIVITO NEGRO.

El ical tentzun era como un chivito negro que se presentaba en las pocas calles que tenía el barrio, a nadie le hacía maldades, pero le gustaba seguir a las parejas de enamorados y les iba balando con forme iban caminando, hasta que los desesperaba y lo empezaban a corres con pedradas, no peor que no llegaba ninguna de ellas, por lo que enloquecía del coraje y el chivito tomaba camino a su guarida que rea abajo del puente blanco frente al rio. El ican tentzun de vez en cuando pasaba al barrio vecino, en ocasiones se encontraba con el pascualillo ósea borrego negro, con él no se llevaba y cada vez que se encontraban se daban unas cuernisas y rebolquisas hasta que uno de los dos salía corriendo, en esa vez perdió el ican tentzn y con mucho trabajó llegó hasta su domicilio, renqueando y bien golpeado. El chivito y el borrego como tres o cuatro veces se pelearon en terrenos de san ramón, allí todos los perdió el ican tentzun de esos agarrones que se daban el chivito se quedaba sin salir de su guarida, ocho o hasta quince días, por los golpes.

Cuando el pascualillo se encontraba en el barrio de las mercedes se desquitaba el borrego negro, así estuvieron estos dos animales en una pugna sin tregua. La gente de san ramón desde que eran las seis de la tarde ya no iba a las, mercedes para no encontrarse con el ical tentzun, porque a ellos se les iba a dar una buena rebolquiza, sin causarle ninguna herida. Algunas personas del barrio de san ramón sabían el secreto para que el chivo no les hiciera mal, debían tratarlo de compadre, pero le tenían que decir;

“buenas noches guay chivo, soy tú compadre y servidor, que triste voy andando por este barrio”. Con estas palabras el chivito se acercaba y les lamia las manos.

Referencia: M. en C. Rafael Narvaez Lievano.